Greenwashing y el Comercio Electrónico.

13 de abr. de 2022

¿Te ha pasado que miras comerciales de personas que limpian las playas con mensajes de reflexión y música emotiva de fondo y al final te ofrecen un producto que dice ser "100% reciclable"? ¿lo es en realidad? está es una de las tantas estrategias que el mercado tienen para acudir a tu emociones y te convenzas de sus promesas. Si el producto que estás mirando tiene este tipo de afirmaciones imprecisas y no hay una explicación que las acompañe, desconfía. Muchas veces se disfrazan entre conceptos de sostenibilidad corporativa,  publicidad verde engañosa, y entre otros términos como chemical free, earth friendly,  certified green, eco, natural y bio.

El greenwashing en pocas palabras son las acciones y esfuerzos que las marcas, empresas o gobiernos implementan en su imagen para pretender ser sostenibles ambientalmente, acompañado de un marketing verde donde se invierten esfuerzos solo para aparentar una consciencia ecológica que no existe. Recursos que podrían ser usados para encaminarse verdaderamente a una mejor relación con el planeta.

La palabra greenwashing se acuño en 1986 por el activista Jay Westerbeld, quien en uno de sus ensayos se refirió con este término a la industria hotelera que promovía que los huéspedes reusaran las toallas como un acto consciente y sostenible para el planeta cuando en realidad su intención era minimizar gastos, desde entonces las industrias han encontrado en la sostenibilidad una ventaja competitiva ventajosa de la cual sacar provecho. (Enciclopedia de responsabilidad social empresarial)

Estas acciones llaman la atención de los consumidores quienes si están preocupados por la situación ambiental y les venden la idea de que por medio de estos productos pueden minimizar su impacto. Las ONG  a menudo están denunciando estos casos, que se sirven principalmente de empaques verdes y sellos de hojas.

Greenwashing y las Tecnología Digitales.

No son solo las empresas tradicionales las que se dedican a hacer greenwashing, hoy en día la mayoría de industrias, entre ellas las digitales, se sirven de esta estrategia para capturar clientes, sobre todo porque las generaciones más preocupadas por el cambio climático son las que han crecido de la mano de las redes sociales y tecnologías digitales.

Actualmente en el contexto colombiano desde el ministerio de las TIC no existe una iniciativa que conecte a las TIC con el impacto ambiental y menos que regule el greenwashing dentro de las plataformas que pertenecen al e-commerce, sin embargo la publicidad engañosa en Colombia esta regulada por la ley 1480 de 2011, supervisada por la superintendencia de industria y comercio. Este puede ser un mecanismo de denuncia donde podemos reportar a las empresas que se sirven de este marketing en el país.

"Obtener información adecuada y veraz de los productos o servicios a comprar, sin publicidad engañosa."(MinTIC, ABC del e-commerce)

Dentro de las tecnologías digitales, el trabajo remoto promueve una eficiencia en los recursos, sin embargo, este no es un esfuerzo suficiente puesto que la electricidad utilizada para el desarrollo de las actividades también tiene una huella de carbón en el planeta.

En el e-commerce la situación es parecida. Por ejemplo: algunos comercios usan o venden bolsas de plástico "biodegradables", se ha comprobado que tales bolsas no son tan degradables puesto que difieren de la humedad, el sol y otros factores necesarios para la degradación y al contrario puede tomar años sino se cuenta con un ecosistema ideal para ello. No ser claro en este tipo de información también es un acto de greenwashing.

Otra expresión dudosa: "menos residuos". En sus guías sobre marketing verde, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) afirma que una empresa no debería decir solo que un producto genera "menos residuos". Debe ser más exacta, por ejemplo decir que el producto genera un 10% menos de residuos que su versión anterior. Además en Colombia el ministerio de industria y comercio exige un informe de sostenibilidad anual a empresas que se dedican a la manufactura.

Fuente: Adobe Stock

La manera más fácil de no caer en estas prácticas es indagar un poco más de lo que te están ofreciendo, empezando con las etiquetas y los ingredientes en la parte trasera de los productos. Por el lado de las tecnologías digitales puedes también solicitar esta información en sus canales acerca de sus sellos verdes. Un buen indicio son las certificaciones de terceras partes no involucradas siempre y cuando sean confiables y esto varia de acuerdo a la industria y al país.

Otra manera para evitar caer en esta practica es apoyando los comercios locales. Si compras productos dentro de tu ciudad o comunidad estas evitando que los productos requieran de procesos con mucha logística en su entrega, no es lo mismo que compres un producto en tu ciudad a que lo importes de China.

No pierdas tus ganas de ser parte de un consumo consciente, sólo ten en cuenta las empresas con las que quieres hacerlo.

Gabriela Daza Muñoz

Gabriela es economista y negociadora internacional. Apasionada por el medio ambiente y la sostenibilidad ambiental.