Créditos de carbono ¿qué son y cómo funcionan?
El cambio climático esta ante nuestros ojos, cada día que pasa son más los esfuerzos que debemos hacer para compensar nuestro estilo de vida. Según las naciones unidas nos quedan por lo menos 10 años para hacer cambios significantes que puedan frenar el cambio climático.
Desde la primera conferencia de las naciones unidas celebrada en Estocolmo llamada La primera Cumbre para la tierra en 1972 han surgido muchas iniciativas que a lo largo de estos años han contribuido a parar el cambio climático. Sin embargo, muchas de estas han sido insuficientes ante la situación climática puesto que el grado de contaminación ambiental es mayor a los esfuerzos que se hacen, principalmente porque las empresas, sobre todo las industriales y manufactureras son las que más contaminan y las que además se oponen a las normas de regulación de desechos. Esto no permite que los estados se comprometan con una legislación clara ante el manejo de los desechos puesto que al no cumplir la jurisprudencia pueden incurrir en grandes multas, representando grandes costos tanto en la mitigación de los recursos contaminantes como en las multas por la no compensación de desechos y emisiones.
Dentro de las propuestas de reducción de CO2 sugeridas por el protocolo de Kioto estuvo la creación de los bonos de carbono o también llamados créditos de carbono, los bonos de carbono han estado en el mercado financiero por lo menos los últimos 20 años, fueron creados como un instrumento financiero que pudiera ser tranzado de la misma forma que un bono financiero regular, ofreciendo un certificado de reducción (CER por su nombre en inglés) que permitiera dar fe del número de toneladas de CO₂ que se están dejando de emitir a la atmósfera.
Aunque este es en un método que ha sido altamente criticado tanto por ambientalistas como financieros ha tenido un comportamiento fluctuante en el mercado, teniendo su primer gran auge antes del 2008, sin embargo dado que Europa fue uno de los principales contribuyentes a la mitigación de emisiones por medio de los bonos de carbono, estos tuvieron que fijarse en atender economías en decadencia dada la crisis global del 2007. Esto hizo que el precio del bono de carbono en el mercado financiero tuviera un bajón de por lo menos el 82%.
Sin embargo, a través de los años los bonos de carbono han tomado nuevamente popularidad y hoy en día son una de las maneras más eficaz de mitigar el cambio climático, sin dejar de lado el cambio de modelos lineales hacia modelos de economía circular.
¿Y en Colombia ?
El impuesto al carbono en Colombia empezó a regular desde el 1 de enero de 2017, este impuesto va dirigido a las empresas transportadoras y comercializadoras de combustibles fósiles, nació como una iniciativa a la implementación de normas que regularan la producción de CO2 en el país y como un compromiso del estado a la mitigación de los gases de efecto invernadero. Además Colombia se ha catalogado como un país líder en proyectos promovidos por los bonos de carbono sobre todo por su localización estratégica puesto que parte de la selva amazónica se encuentra en territorio colombiano, es importante recordar que la selva amazónica es la selva húmeda tropical más grande del planeta y proporciona por lo menos el 20% de oxigeno en el mundo.
Algunos de los proyectos más famosos en Colombia son los proyectos REDD+ esto porque se desarrollan en territorios ancestrales pertenecientes a comunidades indígenas, las comunidades indígenas se encargan de la reforestación de sus territorios y a cambio reciben el pago de los bonos de carbono, estos proyectos sobresalen porque la vida útil de los bonos es alta ya que estos arboles no están destinados a la tala sino a la reforestación de bosques.
Apoyo de las tecnologías digitales
En el caso de las tecnologías digitales desde antes de celebrar el protocolo de Kioto ya se habían adaptado conceptos que pretendían ayudar a frenar el cambio climático como lo fue el término Green it en 1992, aunque en ese tiempo fue dirigido hacia el uso de las tecnologías, no se imaginaba el gran impacto que las tecnologías tendrían en el futuro.
Actualmente las tecnologías digitales emergentes son responsables de por lo menos el 2% de gases de efecto invernadero y se espera que aumente al 9% anual. Los bonos de carbono son una estrategia eficaz para este tipo de contaminación puesto que logra compensar las emisiones de CO2 generados por el uso de electricidad a comparación de otras economías que se sirven de modelos de economía lineal y que su transición a minimizar los desechos y compensar las emisiones es mucho más difícil.
Como ésta existen mucha maneras en las que podemos mitigar nuestro impacto, lo que más se necesita es un compromiso y aunque la compensación es un camino fácil, no debemos solo apoyarnos en la idea de pagar por contaminar, este puede ser el primer gran paso a tener una mejor relación con el planeta.